Por: Claire García
Traducción al español por: Dinorah Peña-Durán
El éxito de los estudiantes no se debe al trabajo de una o dos personas, sino a los esfuerzos de toda una comunidad. Los desafíos que se produjeron con el aprendizaje remoto destacaron la importancia de la colaboración más que nunca para la maestra de 1er grado de la Escuela Primaria Johnston, Elly González.
Desde las primeras semanas del semestre, la maestra González rápidamente notó los esfuerzos sobresalientes de la estudiante Keilly Martínez y su mamá, Ruth Escobar, por estar presente, comprometida y atenta todos los días.
“Keilly siempre está presente y siempre participa,” dice González. “Es un placer estar con ella en las clases de Zoom, y su mamá siempre está ahí con ella. [La Sra. Escobar] era como mi asistente de maestra en el lado de los padres. Siempre intentaba ayudarme a resolver problemas.”
La participación de la Sra. Escobar representó un cambio de juego para la maestra González. Escobar proporcionaba comentarios cruciales sobre cómo veía ella, como mamá, el nuevo salón de clases en línea y cómo este operaba desde el punto de vista de la estudiante, lo que permitió a González elevar su instrucción y llegar mejor a sus estudiantes.
Para Ruth Escobar, participar en la educación de Keilly y de sus otros hijos es la máxima prioridad en una larga lista de responsabilidades. Además de ayudar en el salón de clases de Keilly, también se asegura de que el hermano menor de Keilly participe en su clase remota de pre-kínder, mientras cuida de su niña pequeña y de varias sobrinas y sobrinos al mismo tiempo.
“Mi principal motivación es que aprendan”, dice la Sra. Escobar. “No estudié tanto como me hubiera gustado, pero yo quiero que ellos estudien, que continúen con su educación mucho más adelante que yo”.
La estrecha participación de Escobar no solo ha ayudado a la maestra González, sino que también ha impulsado el progreso de Keilly en la clase. Ruth comparte orgullosa que tan solo en el último año, fue testigo del crecimiento académico significativo de su hija.
“Cuando me pongo a pensar en mi hija en el jardín de niños cuando solo sabía unas cuantas sílabas y la veo hoy escribir palabras completas, leer palabras y oraciones simples, es una gran satisfacción”, dice Ruth. “Mi hija se emociona y me dice ‘¡Mira mami, hice esto! ¡Soy una niña inteligente! “
Fundamentalmente, la Sra. Escobar está decidida a dar lo mejor de sí para que sus hijos puedan tener éxito en todo lo que hacen.
“Trato de dar lo mejor de mí para que puedan ser mejores que yo”, dice Ruth. “Como padres, no es fácil la labor que tenemos, especialmente cuando tienes varios niños ‘asistiendo’ a clases al mismo tiempo. No somos perfectos, pero con esfuerzo, haciendo lo mejor que podemos, podemos ayudar a sus maestros y lograr los mejores resultados en su proceso de aprendizaje”.