Redacción: AndreAnna Tate
En febrero, se produjo una tormenta invernal devastadora en Texas que causó cortes de electricidad, así como escasez de agua y alimentos por todo el estado. La maestra bilingüe de ciencias y matemáticas de 5.o grado, Isabela Hernández y su familia fueron afortunados de no ser gravemente afectados por la tormenta. Aunque no se quedaron sin electricidad ni agua, ellos pusieron de su parte para conservar energía.
Durante ese tiempo, la Sra. Hernández no podía dejar de pensar en sus estudiantes de la Escuela Primaria John Haley; quería hacer algo para ayudarlos, pero no sabía cómo. Se puso en contacto con la directora de la escuela, Lindsey Sanders, para intercambiar ideas y decidieron organizar una colecta de alimentos.
“La directora Sanders fue fundamental y de mucho apoyo desde el inicio”, dice la maestra Hernández. “Ella hizo todo desde crear un volante sobre la colecta de alimentos para las redes sociales hasta organizar cosas tras bastidores”.
Al principio, el plan era limitar la colecta de alimentos al entorno escolar y los maestros donarían por medio de Amazon. Pero después de que se corrió la voz por las redes sociales y por la escuela, creció más allá de lo que se imaginaron. Los miembros del profesorado también comenzaron a contactar a líderes comunitarios para pedir donaciones. Juanita Martínez, consejera de John Haley, contactó a Gerson Hernández de la Iglesia Templo Cristiano Ágape, que donó tres camiones completos de agua, artículos de higiene personal y otros suministros para los estudiantes y sus familias. Esto motivó a la Sra. Hernández a contactar a su pastor y antiguo educador de Irving ISD, Nathan Zúñiga de Salvation Home, para solicitar recursos. Él inmediatamente reunió a la congregación para donar, empaquetar y distribuir 511 bolsas de alimentos. A la misma vez, la escuela recibía entregas de Amazon diariamente.
“Al principio, pudimos guardar las donaciones en mi aula, pero rápidamente ya no cabían allí”, dice la maestra Hernández. “Tuvimos que usar el gimnasio de la escuela para almacenarlas”.
Pronto el gimnasio se desbordaba con donaciones para los estudiantes y sus familias. Las donaciones incluían desde agua y desinfectante hasta mascarillas y tortillas de Rudy’s Tortilla Factory.
Cuando llegó la hora de organizar las donaciones para la colecta de alimentos, todos los maestros de quinto grado reunieron a sus estudiantes para ayudar a empaquetar las cajas que irían a las familias. Su corazón rebozaba de gratitud. “Los estudiantes se ofrecieron para empaquetar las cajas y ayudaron a cargar los vehículos con las donaciones en el día de la colecta”, dice.
Había tantas donaciones que las familias pudieron regresar y recibir más alimentos y suministros. Cada empleado de la cafetería y encargado de mantenimiento de John Haley también recibió una caja con donaciones.
Debido a los esfuerzos de la Sra. Hernández, sus compañeros de trabajo la nominaron para el premio Game Changer de Irving ISD el mes pasado. Aunque sentía una profunda gratitud por este honor, ella da el reconocimiento a su familia de John Haley por hacer todo esto realidad.
“Todos aquí cambian las reglas del juego porque se dedican de corazón a esta misión”, dice la maestra Hernández.