Traducción al español por: Dinorah Peña-Durán
Para Aracely Flores, maestra en su primer año en esta profesión, el camino que la llevó al salón de clases la equipó para prosperar no sólo como educadora, sino también como defensora y héroe de al frente. Con 20 años de experiencia en el campo médico en su haber, Flores está familiarizada con las demandas de un trabajo esencial.
“Debes tener la capacidad de poner a los demás antes de ti, de ser un guardián y de ser confiable”, dice la Sra. Flores. “Como trabajadora del campo médico, mi prioridad era el paciente. El paciente era primero siempre. En ese sentido, aquí es lo mismo. Los estudiantes son lo primero, y como profesionales tenemos que ser capaces de proporcionarles ese ambiente seguro y de apoyo para que puedan venir a la escuela y se diviertan aprendiendo”.
La Sra. Flores comenzó a servir en el campo de la medicina como estudiante preparatoria mientras asistía a una escuela con enfoque en la salud. A lo largo de sus dos décadas de servicio, Flores adquirió experiencia en una amplia variedad de funciones, desde la fisioterapia y la atención al paciente hasta la administración médica.
No fue hasta que su propia familia creció y sus hijos comenzaron a asistir a la escuela que Flores se sintió atraída por el salón de clases y recordó el impacto especial que sus maestros tuvieron en ella. Ella recuerda a su propia maestra de tercer grado que tuvo una enorme influencia positiva en su vida.
“Vengo de una familia inmigrante de primera generación, y cuando estaba en la escuela primaria, era muy callada. Pero mi maestra de Artes del lenguaje inglés y lectura [ELAR] de 3er grado me llevó bajo su ala”, dice la Sra. Flores. “Nos mantuvimos en contacto hasta que ella falleció hace unos años, pero fue mi mentora durante toda mi vida. Siento que me convertí en una de esas historias de éxito gracias a ella”.
Después de varios años de servir como dedicada voluntaria y educadora invitada en la escuela de sus hijos, la Sra. Flores estaba decidida a cumplir su llamado como maestra y comenzó a tomar clases para obtener su certificación como maestra. Ahora, Aracely Flores está decidida a ser una maestra que hace una diferencia en la vida de sus estudiantes.
“Es tan fácil para mí ponerme en sus zapatos debido a mi origen”, dice Flores. “Les digo [a mis alumnos] que quiero ser esa maestra que los ayude a crecer y superar los obstáculos. Llevo eso en mi corazón por lo que [mi maestra] hizo por mí”.
Con casi la mitad de su primer año concluido, la Sra. Flores no podría estar más feliz. A pesar de los importantes desafíos a los que se enfrentan todos los maestros este año, Flores confía en que está exactamente dónde debe estar.
“Le dije a mi esposo que nunca imaginé que estaría en el campo de la educación. Pero es mi vocación”, dice Flores. “Ni siquiera lo considero un trabajo para mí, es una parte de mí. Es una bendición estar aquí y ser parte de Irving ISD.”