Redacción: Erika Pedroza
Traducción al español: Dinorah Peña-Durán
Para Lucinda González, servir de enlace con los padres en la Preparatoria MacArthur es el trabajo de su vida. Como ayudante que se describe a sí misma, las responsabilidades del cargo encajan perfectamente con su naturaleza de entrega. Como madre dedicada e involucrada, practica lo que predica. Además de su papel de enlace con los padres, Lucinda González forma parte de varios comités del distrito y de la escuela, incluido el comité de proyecto de la escuela primaria Farine a raiz del bono, a la que asisten sus dos hijas menores. También es voluntaria en el equipo MacArthur de Decatlón Académico, en el que compite su hija mayor.
Como enlace con los padres, Lucinda sirve de “puente” entre la escuela y la comunidad escolar. Para los padres, esto incluye reunir voluntarios para decorar celebraciones como el Homecoming o el Mes de la Herencia Hispana; enseñarles cómo tener acceso al portal de calificaciones y asistencia de sus hijos (HAC); o incluso aprender juntos una nueva habilidad, como crear arcos de globos, lo que crea un efecto dominó de empoderamiento y conocimiento compartido.
“Necesitábamos decoración para un evento”, recuerda. “Nunca había hecho un arco de globos, pero como siempre, me metí en YouTube y miré algunos vídeos, reuní a algunos padres e hicimos uno. No era el mejor, pero a la gente le encantó. Ahora, algunos de esos padres han compartido fotos de los arcos de globos que hacen para las fiestas de cumpleaños de sus hijos. Me hace muy feliz porque aprendimos juntos una habilidad que ahora pueden aprovechar para alegrar a sus propios hijos y ahorrarse algo de dinero. Simplemente les enseño diferentes habilidades para demostrarles que los adultos nunca dejamos de aprender”.
Además de la ayuda a las familias, Lucinda González también se dedica a crear un refugio para los estudiantes: dirige un armario de ropa, una despensa de alimentos y un espacio seguro para que los estudiantes se restablezcan, todo ello en el Centro de Padres MacArthur. Lucinda no se limita a proporcionar recursos, sino que aspira a crear un sentimiento de comunidad y pertenencia dentro de la escuela, tanto para los alumnos como para los padres.
“Cuando estábamos haciendo pancartas para el programa de la Herencia Hispana, salí un momento para ayudar a una estudiante en nuestro armario de ropa”, dice González. “Cuando volví a entrar, vi lágrimas y Kleenex. Uno de los padres estaba teniendo un día muy duro y fue capaz de abrirse y compartir lo que estaba pasando con su familia. Otras madres allí presentes pudieron darle apoyo y la ayudaron en ese proceso. Me dio tanta alegría haber sido capaz de crear este espacio, de crear una comunidad en la que se sintieran así de cómodas unas con otras. De todos los lugares del mundo, ella eligió nuestro centro de padres”.
El Centro de Padres de MacArthur es también una zona de descanso para los miembros del personal de la escuela. Los colegas que se pasan por allí suelen ser recibidos por una bandeja de panecillos y siempre con una cálida sonrisa. González publica de vez en cuando en X, antes conocido como Twitter, una foto de una delicia horneada, invitando a sus colegas a pasarse por su puesto para un rápido tentempié. En sus visitas, González pregunta de qué manera ella y su ejército de padres voluntarios pueden ayudarles: desde recortar pases deportivos plastificados hasta hacer copias y armar paquetes de trabajo.
Su benevolencia llamó la atención de Beck Nitcholas, Coordinador Atlético/Entrenador Jefe de Fútbol de MacArthur, quien nominó a González para el Premio Honda de Agradecimiento a los Ayudantes de la Comunidad (Honda Community Helper Appreciation Award), que le fue otorgado a González en el partido de fútbol MacArthur/Irving el mes pasado.
“Siempre está ayudando a quien lo necesita”, dice Nitcholas. “¡Se desvive por ayudar a cualquiera!”.
La directora de MacArthur, Natasha Stewart, está de acuerdo con el sentimiento, llamando a González una embajadora no solo de su campus, sino de Irving ISD en su conjunto.
“La Sra. González es un ser humano increíble que se preocupa profundamente por nuestra comunidad”, dice Stewart. “Ella desinteresadamente va más allá de la descripción de su trabajo para animar, ayudar y capacitar a nuestros padres para convertirse en verdaderos socios en el viaje educativo de nuestros estudiantes. Su papel es vital para nuestras iniciativas de participación de los padres a nivel de distrito y de escuela. La Sra. González acoge el rol y lo dirige con todo su corazón. Es considerada, atenta y compasiva con su familia de trabajo de MacArthur tanto como lo es con nuestra comunidad. Tenemos la gran suerte de contar con una persona tan fenomenal”.
Todos estos esfuerzos son especialmente importantes teniendo en cuenta el reto que supone conseguir la participación de los padres de los alumnos de preparatoria.
“Lo que veo es que, a veces, los padres de los alumnos de preparatoria creen que sus hijos son lo suficientemente mayores como para ir solos a los programas o actos. Pero no es así”, afirma. “Hay mucho vínculo y conexión que puede desarrollarse aún. A los alumnos de preparatoria les encanta ver a sus padres en la escuela, aunque digan que no quieren. Yo misma tengo una alumna de tercer año y, tal como yo lo veo, estos son los últimos años que pasa bajo mi techo antes de ir a la universidad. Para mí, es un momento importante para ayudar a formarla como joven adulta y también para crear esos lazos con ella. Muy pronto se irá a la universidad y será más difícil crear ese compromiso. El compromiso y la participación de los padres es un tema realmente importante, no solo en la escuela primaria y secundaria, sino también en la preparatoria.”
¿Qué viene ahora para el Centro de Padres Mac? González espera establecer un capítulo oficial de la Organización de Padres y Maestros, reclutar a más padres como voluntarios y mantener el estatus del Centro de Padres como ganador del Nivel Diamante, otorgado por el equipo de Educación de Padres y Participación Comunitaria (PE&CE) del distrito.
“Pero más que eso, lo que realmente quiero es crecer: voluntarios, eventos y la participación de nuestros padres para que puedan conectar con sus estudiantes”, dice. “Sé que estoy donde debo estar. Sencillamente estoy emocionada por el ‘ahora’. Disfruto conociendo a nuestras familias, disfruto ayudándolas en todo lo que puedo. Y estoy entusiasmada por las grandes cosas que lograremos en el Centro de Padres MacArthur”.