Redacción: AndreAnna Tate

Traducción al español: Dinorah Peña-Durán

Como bibliotecaria escolar, Mandi Martínez ve la biblioteca como mucho más que un lugar tranquilo lleno de libros. Las bibliotecas se han convertido en una extensión del aula, donde los estudiantes y los maestros van a aprender, a despertar su creatividad y a descubrir nuevas formas de crecer. La Srita. Martínez se esfuerza por crear este tipo de ambiente en dos escuelas primarias de Irving ISD: Brandenburg y Lee.

Graduada de Irving ISD, Mandi Martínez asistió a la Primaria Lively y a la Secundaria Austin antes de graduarse de la Preparatoria Irving en 2006. Después de obtener su título en la Universidad Tecnológica de Texas (Texas Tech University), regresó a su hogar para enseñar en la misma comunidad en la que creció. Tras siete años en el aula y un creciente amor por la enseñanza de la lectura, Mandi decidió obtener una maestría en Ciencias Bibliotecarias en la Universidad Estatal Sam Houston (Sam Houston State University). Desde entonces, ha trabajado felizmente como bibliotecaria escolar durante los últimos ocho años.

«Cuando era maestra, me encantaba enseñar a leer, pero lo que más me gustaba era enseñar a los alumnos a amar la lectura», afirma. «Ahora puedo trabajar con los alumnos de una manera diferente. La biblioteca es el corazón de la escuela y aquí hay un lugar para todos».

Ya sea a través de lecciones de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) basadas en cuentos, proyectos colaborativos o el aprendizaje de habilidades cognitivas, Martínez crea un entorno en el que los alumnos se sienten seguros para ampliar su pensamiento, resolver problemas y comunicarse libremente entre ellos. Con el tiempo, el papel del bibliotecario escolar ha evolucionado mucho más allá del simple préstamo de libros. Bibliotecarios como la Srita. Martínez refuerzan el plan de estudios, introducen nuevas tecnologías y ofrecen diversas oportunidades de aprendizaje profesional a los maestros.

Cuando se trata de animar a los alumnos a leer en un mundo impulsado por la tecnología, Mandi Martínez ha encontrado una forma creativa de combinar ambas cosas.

«Es genial. El distrito tiene una gran cantidad de libros electrónicos gratuitos disponibles, y siempre animo a nuestros alumnos a que los utilicen. Por ejemplo, les encantan los libros de Dog Man, pero no tengo 900 ejemplares físicos, así que les recomiendo los libros electrónicos y eso ayuda mucho», añade.

Un libro que ha tenido un impacto duradero en Martínez es The Oldest Student, de Rita L. Hubbard. El libro cuenta la historia real de Mary Walker, la estudiante más anciana del país, que aprendió a leer a los 116 años. Para la Srita. Martínez, es un hermoso recordatorio de que nunca es demasiado tarde para aprender, y comparte este mensaje con sus alumnos para mantenerlos motivados.

«Me encanta cuando los maestros me envían correos electrónicos diciendo que sus alumnos están rogando por venir a la biblioteca», dice. «Este año ha sido único con dos campus, pero ha sido divertido crear programas en ambos espacios y conocer a más estudiantes. Me gusta pensar en la biblioteca como la sala de estar de la escuela, y me encanta ser bibliotecaria porque puedo recibir a todos aquí. Es como una extensión de mi hogar».

Ahora que celebramos el Mes de las Bibliotecas Escolares, es el momento perfecto para reflexionar sobre la importancia de las bibliotecas escolares y los bibliotecarios.

«En Irving ISD, contamos con un sólido programa de bibliotecas y he tenido el privilegio de aprender y trabajar con los mejores», afirma Martínez. «Los bibliotecarios son esenciales. Apoyamos el crecimiento académico, proporcionamos acceso a los recursos y ayudamos a crear una comunidad en la que todos los estudiantes tienen la oportunidad de descubrir algo nuevo».

Y gracias a bibliotecarios como Mandi Martínez, la biblioteca siempre será un lugar en el que todos tienen cabida, al que todos pertenecen.