Hace siete veranos, Miriam Trigo de 12 años pasó sus vacaciones de verano en la Escuela Secundaria Bowie perfeccionando su inglés en el campamento de verano para el enriquecimiento del lenguaje, escritura y lectura de Irving ISD.

Esa parte de su historia cautivadora volvió al punto de partida el martes cuando, mediante la videoconferencia Zoom, habló con los participantes de los campamentos de este año en las escuelas secundarias de Zavala y Travis y la Escuela Preparatoria Nimitz.

“Estoy aquí para compartir mi historia, cómo llegué a los Estados Unidos, y cómo nos parecemos”, ella dijo a los estudiantes hablándoles en inglés y en español. “Estaba en sus lugares hace unos pocos años – asistí al mismo campamento que ustedes están asistiendo e hice las mismas actividades que ustedes están haciendo”.

Miriam y su familia inmigraron a los Estados Unidos de Guadalajara, México en el 2012.  No sabía ninguna palabra de inglés, y fue colocada en el programa Inglés Como Segundo Idioma, o ESL, en la Escuela Secundaria Crockett. El siguiente año, ella hizo la transición a clases impartidas solamente en inglés y poco después fue colocada en el programa Dotados y Talentosos.

Seis años después de asistir al campamento, Miriam se graduó con las mejores calificaciones de la Escuela Preparatoria Irving de la clase del 2018. Hace poco completó su primer año en la Universidad Stanford, donde está estudiando bioingeniería/premédica con beca completa.

“La matrícula de Stanford es $80 000 al año – $320 000 a lo largo de cuatro años”, ella dice. “Pero yo no pago ningún centavo debido a mi gran esfuerzo durante los seis años en Irving ISD. Y ustedes pueden hacerlo también”.

Miriam es una estudiante de QuestBridge, un programa que conecta los estudiantes de alto desempeño que tienen una necesidad financiera con becas completas a las mejores universidades en el país.

Además de sus excelentes calificaciones, Miriam participaba activamente en actividades extracurriculares como el voleibol, coro y consejo estudiantil – algo que ella animó encarecidamente que los estudiantes hagan.

“Es importante que se involucren”, ella les dijo. “Para mejorar y practicar tu inglés, para hacer más amigos y divertirte más en la escuela”.

Ella también les aconsejó a no teman en pedir ayuda de sus maestros y amigos.

“Para sentirme más cómoda hablando inglés, les pedía a mis amigos ayuda”, ella dice. “Si pronunciaba algo mal, en vez de evitar hablar más inglés, les preguntaba, ‘¿cómo se pronuncia realmente esto?’ Observaba cómo movían sus bocas y ponía atención a las palabras que hablaban más a menudo que otras. Y así fue como aprendí”.

“Si yo puedo hacerlo, ustedes pueden también”.