Es la semana de ‘homecoming’ para los Tigres de Irving, y el estudiante de doceavo grado, Víctor Cantarero, está deseando hacer un impacto en la defensa – algo que ha estado haciendo desde que tenía 4 años de edad.

“Desde que era pequeño, crecí viendo a los Dallas Cowboys, y siempre decía que quería jugar fútbol americano”, dice. “Sin embargo, mi familia quería que jugara fútbol, y me gustaba, pero como era un niño más grande, deseaba algo con contacto”.

Cantarero empezó a jugar al fútbol americano en la línea defensiva como miembro de la Irving Asociacion de Futbol Americano de Ninos de Irving (IBFA). Él y su padre trabajaron diligentemente en su técnica, lo que le ha ayudado a convertirse en el jugador que es hoy.

“Para mí, es un arte”, dice. “A esa edad, los niños se centran sobre todo en el bullrush. Mi padre me hacía practicar diferentes técnicas con las manos y los brazos, como los swipes, los dips, los rips, etc. Siempre ha estado ahí para mí, empujándome y motivándome para mejorar y, de hecho, llegó a ser el entrenador de nuestro equipo en mi último año en el IBFA.”

El entrenamiento de su padre, y la ética de trabajo de Cantarero, sin duda han dado sus frutos, ya que ha sido miembro del equipo de fútbol americano Varsity durante sus cuatro años en la Preparatoria Irving. Aunque su carrera como jugador esté llegando a su fin, su pasión por el fútbol americano sigue ardiendo con fuerza. Después de graduarse de la escuela preparatoria, Cantarero espera seguir jugando al fútbol en un colegio o universidad. Sin embargo, si eso no sale bien, tiene un par de planes alternativos.

“Me encanta el fútbol americano, así que si en el futuro ya no puedo jugar, me gustaría convertirme en entrenador algún día”, dice. “También me gusta cortar el pelo, así que puede que algún día empieza mi propio negocio y abra una barbería”.

Antes del comienzo de su doceavo grado, Cantarero se marcó el objetivo de realizar 100 tackles esta temporada. A falta de sólo tres partidos, Cantarero sabe lo que tiene que hacer para alcanzar esa marca.

“Todo lo que tengo que hacer es seguir esforzándome”, dice. “Aunque sea una tackle asistida, todo cuenta. Sólo tengo que tomar decisiones rápidas en defensa e ir a por quien tenga el balón”.

Cantarero está orgulloso de los jugadores del equipo y siente que si pueden comunicarse de manera efectiva, serán capaces de tomar el doblaje en su partido de regreso a casa contra la Escuela Preparatoria Richardson.

“Nuestros dos juegos más cercanos esta temporada, nuestro equipo tenía una muy buena conexión en marcha”, dice. “Todos estábamos comunicando por ahí y estábamos haciendo jugadas. Tenemos algunos perros en nuestro equipo que les encanta hacer grandes golpes. Si seguimos así, sé que podemos ganar”.

Venga a animar a Cantarero y los Tigres de Irving cuando se enfrentan a las Águilas de Richardson este viernes a las 7 PM en el Estadio Ellis.