Redacción: AndreAnna Tate

Traducción al español: Dinorah Peña-Durán

Desde muy temprana edad, la madre de Lindsey Price, consejera de la escuela secundaria Austin, siempre le insistió en la importancia de ir a la universidad. Cuando llegó el momento, no se trataba de si Lindsey iría, sino más bien de qué carrera estudiaría.

“En aquel entonces, había tres opciones para mi carrera: educación, ciencias veterinarias o enfermería”, dice. “Me gustaban todas esas opciones, pero al principio decidí estudiar enfermería”.

La Srita. Price asistió a la Universidad Estatal Midwestern para estudiar enfermería. Aunque le encantaba la enfermería, no dejaba de sentirse atraída por la educación. Al final, tomó la que considera una de las mejores decisiones de su vida y cambió su especialidad a educación. Un mes después de graduarse en la universidad, se puso manos a la obra y empezó a dar clases en primaria. Durante sus seis años en el aula, la Srita. Price dio clases de kínder y de 3.º y 4.º grado. Aunque le encantaba enseñar, una inspiradora conversación con sus tías despertó su curiosidad y el deseo de tener un impacto más profundo en la vida de los estudiantes.

“Tengo dos tías que son consejeras jubiladas, y sus trabajos siempre me parecieron muy interesantes. Me sentí tan inspirada que volví a la escuela para convertirme en consejera”, añade la Srita. Price.

Esta decisión la llevó a Irving ISD, donde consiguió su primer trabajo como consejera en la escuela primaria Stipes. La Srita. Price trabajó bajo la tutela de su compañera consejera Judy Tippett, a quien atribuye el haber sentado las bases de su carrera. Después de dos años en Stipes, pasó a la escuela secundaria Crockett, donde trabajó junto a las consejeras Susan Hogan y María Vargas.

“Aprendí mucho de esas mujeres fenomenales. Cada una de ellas me tomó bajo sus alas, como verdaderas consejeras», recuerda.

Ahora, al iniciar su segundo año en la Secundaria Austin, la experiencia de la Srta. Price ha dado un giro completo: de alumna a mentora. Trabaja junto a una nueva consejera, Teresa Paz, a quien transmite la sabiduría que ha adquirido de sus propias mentoras en materia de consejería.

“He tenido mucha suerte de trabajar con grandes personas en el Irving ISD”, añade.

La trayectoria de la Srita. Price como consejera se caracteriza por su adaptabilidad. Reconoce que el papel de un consejero cambia constantemente, especialmente en una época en la que la tecnología y las redes sociales influyen más que nunca en los estudiantes. Lo que funcionaba hace unos años puede que no tenga el mismo efecto en los estudiantes de hoy, y ella se esfuerza por seguir siendo una persona con la que los estudiantes puedan identificarse.

«Es importante estar al día de las tendencias», afirma. “Los jóvenes evolucionan y, como consejeros, tenemos que evolucionar con ellos. Eso significa estar informados sobre los problemas a los que se enfrentan los estudiantes, desde las dificultades de salud mental hasta las presiones de las redes sociales. Los estudiantes suelen sentirse más cómodos hablando con alguien fuera de su círculo inmediato de amigos y familiares, así que me esfuerzo por ser ese adulto de confianza al que pueden acudir”.

Más allá del apoyo emocional, a la Srita. Price también le apasiona ayudar a los estudiantes a ver lo que les espera después de la preparatoria. En Irving ISD, la preparación profesional comienza ya desde la primaria, y ella está encantada de mostrar a los estudiantes las oportunidades que tal vez no sabían que existían. Ya sea la universidad, las escuelas de oficios o las carreras profesionales innovadoras, ella les ayuda a abrir los ojos a lo que pueden lograr. Una de las claves del éxito de la Srita. Price como consejera es su determinación de ser ella misma. Al principio de su carrera, admite que a menudo trataba de imitar a otros consejeros, pero con el tiempo aprendió el valor de la autenticidad.

“Solía copiar todo lo que hacían mis colegas, pero con el tiempo me di cuenta de que tengo mi propia forma de hacer las cosas, y eso está bien”, dice. “Ser yo misma permite que los estudiantes se sientan cómodos conmigo, y así es como genero confianza en ellos”.

Este enfoque personal marca una gran diferencia. Cuando los estudiantes sienten que su consejero(a) es auténtico(a), se sienten seguros para abrirse y compartir sus desafíos. La Srita. Price cree que la autenticidad es lo que le permite prosperar, tanto como consejera como mentora.

En una época en la que los problemas de salud mental van en aumento, los consejeros escolares son más importantes que nunca. Proporcionan un entorno seguro y de apoyo en el que los estudiantes pueden hablar de sus dificultades y recibir orientación. Lindsay Price dice que está orgullosa de formar parte de una profesión que ofrece a los estudiantes las herramientas para triunfar. Desde ayudarles a manejar el estrés hasta proporcionarles información valiosa sobre la preparación profesional y universitaria, los consejeros desempeñan un papel crucial en la configuración del futuro de los jóvenes.

«Lindsey Price es una consejera increíble con mucha pasión por su trabajo», dice Julie Soberanis, directora de orientación, consejería y preparación universitaria de Irving ISD. “Está claro que disfruta mucho ayudando a los demás, ya sean estudiantes o compañeros consejeros. La variedad de actividades en las que ha participado este año también demuestra lo creativa y dedicada que es para lograr un impacto positivo”.

Al recordar su carrera, la Srita. Price se enorgullece del crecimiento que ha experimentado. Ha ganado confianza en sus habilidades y ha construido relaciones significativas tanto con estudiantes como con colegas. Uno de sus momentos de mayor orgullo es asumir un papel de liderazgo y guiar a una nueva consejera, enseñarle los conceptos básicos y verla crecer.

“Estoy orgullosa de mi crecimiento como consejera”, reflexiona. “No siempre tuve tanta confianza, pero ahora sé que estoy exactamente donde debo estar”.