Redacción: Erika Pedroza

Traducción al español: Dinorah Peña-Durán

Q-U-I-N-T-O. Así es como se deletrea la palabra en 5.o en español y es la clasificación que obtuvo Nicholas Blas, un estudiante entrante de 7.o grado en la escuela secundaria Travis, en el Concurso Nacional de Ortografía en Español el mes pasado.

“Estoy feliz de ser quinto en todo el país”, dice. “Me hace sentir muy bien conmigo mismo”.

De camino a los cinco primeros, Blas superó cerca de 20 rondas de competencia y superó a 11 de los otros 15 competidores desde tan lejos como Nueva York. El concurso duró cuatro horas en formato virtual un sábado.

“Estoy muy orgullosa de él”, dice su madre, Claudia Esquivel. “Todos los competidores de este nivel son ganadores. Llegar a este punto es un impresionante logro”.

El camino de Blas hacia el éxito nacional comenzó al ganar un concurso de deletreo de su escuela a principios de enero. Luego ganó el primer concurso de ortografía en español del distrito a finales de ese mes para avanzar al concurso de ortografía regional, que se llevó a cabo en mayo. Su final de oro allí le valió un boleto para la competencia nacional.

“Me sorprendió”, dice su mamá. “El hecho de que hizo esto en español fue sorprendente porque su idioma principal es el inglés. Pero tenía un gran sistema de apoyo en su maestro, el Sr. [Tomás] Serrano. Él es quien le dijo que podía lograrlo, que tenía todo para ganar “.

Además del apoyo de su maestro, Blas también le da crédito a su madre, quien lo ayudó a estudiar y prepararse para cada concurso.

“Teníamos tiempo reservado cada día para repasar las palabras”, dice. “El maestro Serrano me dio una lista de palabras para trabajar y me ayudó con los acentos, y mi mamá me ayudó a practicar ”.

Su madre también lo animó a leer libros en español para que pudiera aprender más palabras. Ambos admiten que a veces era difícil encontrar la motivación para estudiar después de la salida de la escuela durante el verano.

“Pero yo le recordaba que estábamos comprometidos, por lo que necesitaba prepararse lo mejor posible. Así que tuvimos que practicar”, dice la Sra. Esquivel. “Así que establecimos tiempos en los que podríamos practicar”.

Y la práctica dio sus frutos. Ahora, está ansioso por disfrutar el resto de su verano jugando video-juegos y disfrutando de la satisfactoria sensación del logro conseguido.

“Fue muy divertido ganar”, dice.