Traducción al español por Dinorah Peña-Durán

 

Para Pia Pulido, el Día de los Veteranos lleva en sí mismo más significado.

Ella ciertamente celebra la valentía de los valientes hombres y mujeres que han defendido las libertades de este país, pero en particular el servicio de su hijastro de 22 años, Devyn Pulido.

Pero ella honra más que su sacrificio durante sus cuatro años en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos.

“Su servicio en el ejército fue la mejor decisión que pudo haber tomado”, dice Pulido. “Cambió completamente su vida. Pero su decisión no fue todo color de rosa. Fue duro.”

Pia conoció a Devyn cuando tenía 3 años y se convirtió en su madrastra al casarse con su padre, Michael. Cuando era niño, él inspiró a Pia a cambiar de carrera.

“Cuando lo conocí, tenía una carrera diferente a la de la enseñanza. Trabajaba en mercadotecnia digital”, dice. “Y llega entonces a mi vida este niño que era tan receptivo a aprender de mí y a mirarme como un modelo a seguir. Me hizo pensar: ‘Wow, si puedo hacer esto con este chico, creo que puedo ser lo suficientemente buena haciendo esto con otros niños’. Esa fue realmente la razón principal por la que cambié de carrera.”

Pero a medida que iba creciendo, surgieron dificultades.

“Tuvimos que averiguar cuáles eran nuestros papeles en la vida del otro”, dice. “Yo le preguntaba: ‘¿Quién soy yo para ti? Estoy aquí todo el tiempo, pero soy tu madrastra. Tuvimos que aprender a amarnos el uno al otro, porque hay límites biológicos cuando estás criando a un niño que no es tuyo”.

Esos desafíos se hicieron más pronunciados a medida que Devyn se hizo mayor y anhelaba su independencia. Aunque los padres de Devyn querían que asistiera a la universidad, él tenía otros planes. Devyn, que asistió a la escuela primaria Hanes, la secundaria Crockett y la preparatoria MacArthur de Irving ISD, se graduó un año antes, pidió a sus padres que firmaran el consentimiento necesario y se alistó en el ejército a los 17 años.

“Decidió que quería tomar una decisión sobre su propia vida”, dice Pia. “Aunque estábamos incómodos, tuvimos que apoyarlo. Como padres, esta es una decisión dura de tomar.”

Al graduarse de la preparatoria, se fue inmediatamente por 12 semanas a un campamento de entrenamiento en San Diego, California. La comunicación era limitada, pero Devyn envió una carta a sus padres con un mensaje bastante directo.

“Eso nos abrió los ojos como padres”, dice Pia. “Uno cree que está haciendo todo bien. Pero él se enfrentó a todo: conflictos y problemas. Al principio dolía porque era todo lo que supuestamente no hicimos”.

Pero cuando llegó la Navidad, el regalo que Pia y su esposo recibieron no estaba envuelto y adornado con un moño. Su regalo llegó en forma de un joven transformado.

“La experiencia lo cambió por completo”, dice Pia. “Realmente hizo un hombre de él. Nos trajo regalos con su propio dinero. Ahora nos invita a cenar. Me lleva a comer y a cenar para el Día de las Madres. Todavía es raro para mí porque él paga por nosotros.”

Devyn ha conseguido un trabajo civil como técnico de aviación en la empresa Texas Instruments y ahora sirve en las reservas, reportándose a la base una vez al mes para su entrenamiento. Recientemente fue ascendido a cabo, asumiendo un rol de mayor liderazgo.

“Realmente lo ha hecho por su cuenta”, dice Pia. “Tiene un trabajo bien pagado, y lo atribuye a las conexiones que hizo en el ejército. Aunque nunca siguió la ruta de la universidad, está viviendo la vida de un adulto responsable e independiente”.

Pia y Devyn participaron con orgullo en la celebración del Día de los Veteranos de la Escuela Secundaria Travis el 11 de noviembre. Las canciones patrióticas interpretadas tenían más significado. Pia se sintió más que orgullosa. Devyn disfrutó al ver sus logros. Ambos tienen de un lazo muy fuerte.

“La gente ve el éxito, pero la verdad es que primero tienes que enfrentarte a obstáculos”, dice Pia. “No será fácil, pero es posible. Sólo tienes que confiar.

“Me siento tan orgullosa.”