Redacción: Justine Huddleston
Traducción al español: Dinorah Peña-Durán
Samantha Miranda, una estudiante de último año de la Preparatoria Nimitz que se consideraba una niña tímida, se ha convertido en una artista estrella con un corazón lleno de sueños. Desde pequeña, Samantha sabía que tenía una gran voz dentro de su pequeña estatura, pero no fue hasta que entró en el coro cuando tuvo la oportunidad de demostrar y perfeccionar su talento. Cuando se le pregunta qué es lo que más le ilusiona después de graduarse de la preparatoria, ella afirma con seguridad: “Me encanta la música; la música es mi vida. La música es mi pasión y todo lo que quiero hacer en la vida”.
La dedicación de Samantha a su arte dio sus frutos cuando fue seleccionada para formar parte del galardonado Coro de Cámara Nimitz en su segundo año. Más tarde, el año pasado fue aceptada en el Coro Nacional de Honor de la Asociación Americana de Directores de Coros (ACDA) y ha tenido muchas oportunidades, como viajar a otros estados para participar en concursos y actuaciones.
“Tengo demasiados buenos recuerdos para elegir”, dice. “Pero uno de los más destacados fue ser elegida para actuar como solista en el evento “Estado del Distrito” de Irving ISD del año pasado”.
En el 2023, el Coro de Cámara del Nimitz recibió el reto de escribir e interpretar una canción original para el mismo acto. Ella y varios de sus compañeros de Teoría de la Música AP contribuyeron a crear la letra y la melodía. Recuerda con cariño: “El Coro se convirtió en mi familia, con muchos hermanos y hermanas”.
Hablando de familia, su padre, el director de la Preparatoria Nimitz, Francisco Miranda, recibió recientemente el Premio al Administrador Distinguido de la Asociación de Educadores Musicales de Texas por su labor de apoyo a los programas de educación musical de calidad en Nimitz. Aunque él era el director cuando ella asistió tanto a la Escuela Secundaria Crockett como a la Preparatoria Nimitz, Samantha dice que ella es solo “una chica normal que quiere sacar lo mejor de su experiencia en la escuela preparatoria”.
Cuando habla de su familia, comparte que hace muy poco se enteró de que su abuelo también era un cantante increíble.
“Quiero continuar su legado cantando todos los días y expresándome a través de la música”.
La pasión de Samantha por la música va más allá del deseo de actuar. Está estudiando música y psicología para que en el futuro pueda ayudar a la gente a través de la musicoterapia. “Creo que la música tiene el poder de curar”, dice. “Quiero utilizar mi pasión para influir positivamente en los demás”.
La historia de Samantha Miranda sirve de inspiración y demuestra que, si te esfuerzas por salir de tu zona de confort, puedes alcanzar tus sueños.
Aunque sus planes universitarios aún no están decididos definitivamente, ha sido aceptada en el departamento de música tanto de la Universidad de North Texas Dallas como de Texas A&M Commerce. Le deseamos a Samantha lo mejor en su futuro y esperamos con ilusión ver sus próximos logros.