Hace casi 10 años, Belinda Holder y su marido, Christian, se convirtieron en una familia de 11 tras adoptar a sus tres sobrinas y un sobrino. Muchos se preguntan cómo son capaces de tener trabajos de tiempo completo, poder criar a nueve hijos y aún tener tiempo para hacer voluntarios y participar en la vida escolar de sus hijos.

“Recuerdo que pensaba: ‘¿cómo le vamos a hacer?’, y lo hemos hecho por casi una década”, dice Holder. “Definitivamente es un equilibrio, pero no encuentras el tiempo. Tu haces el tiempo”. 

Los Holder tienen actualmente siete hijos en tres escuelas del Irving ISD: la Escuela Primaria Brown, la Escuela Secundaria Lamar y la Escuela Preparatoria Nimitz (los dos mayores están actualmente en la universidad). Todos participan en actividades extraescolares. Belinda trabaja actualmente como madre voluntaria en Brown, es miembro de la Junta Ejecutiva de la Asociación de Padres y Maestros y del Comité de Mejora del la Escuela en Lamar, así como de las Juntas Ejecutivas de Nimitz Futbol Americano y Nimitz Vikas. A través de servir en estos comités, ella no sólo es capaz de estar más involucrada con cada niño, pero también ha sido capaz de construir amistades para toda la vida y un sentido de comunidad. 

“Empecé a trabajar como voluntaria hace más de 20 años, cuando tuve a mi primer hijo en la escuela primaria Elliott”, dice. “Siempre quise ser como las madres de mi infancia que hacían de acompañantes y voluntarias en las escuelas, así que me propuse esa misión cuando tuve a mi primer hijo”.

Holder afirma que el voluntariado en los colegios de sus hijos le ha aportado un gran valor, ya que es una forma de sumergirse en su entorno, entablar relaciones con sus profesores y la administración de la escuela y conocer a sus amigos. 

“Establecer el tono desde el principio es muy importante”, añade Holder. “La gente siempre me pregunta si mis hijos se avergüenzan, y yo siempre digo que no porque están muy acostumbrados. Ahora es lo que se espera de ellos”. 

Natural de Irving y graduada de la Preparatoria Irving, sirviendo a las escuelas de la comunidad en la que creció es especial para Holder.

“Me he sentido tan bendecida de haber tenido nueve hijos que son productos de Irving ISD”, agrega. 

Holder anima a otros padres a hacer tiempo para involucrarse en las escuelas de sus estudiantes, sin importar la edad. 

“Los niños quieren a sus padres”, dice. “Se necesita un pueblo y una comunidad cuando se crían niños”.

Al hablar de su viaje como madre y de cómo es capaz de compaginarlo todo, dijo lo siguiente:

“Estoy agradecida a la gracia de Dios y a mi marido Christian. Hacemos equipo en todo y no podría hacer lo que hago sin mi marido”.