Redacción: AndreAnna Tate

Traducción al español: Dinorah Peña-Durán

El amor de Noah Valdez por la música comenzó a muy temprana edad. De pequeño, recuerda que su padre ponía música de rock clásico por toda la casa mientras se preparaba para ir a la escuela. Esto despertó algo dentro de Valdez que más tarde exploró a la edad de once años cuando comenzó a tocar la batería en la iglesia.

“Durante el servicio en la iglesia, siempre me quedaba hipnotizado por el batería”, dice. “Me inspiró a tocar”.

Decidió llevar su talento al siguiente nivel y se unió a la banda de la Secundaria Lady Bird Johnson en 6º grado. Aunque al principio empezó tocando el corno francés, se pasó a la percusión poco después de entrar en la banda.

“Sabía que ese era el instrumento que quería tocar durante los próximos seis años”, añade Noah.

Ahora que comienza su último año en la Preparatoria Nimitz, Noah ya empezó con una buena nota. Literalmente. En mayo, junto con 9 de sus compañeros, viajó a Austin para la Competencia Estatal de Solistas y Conjuntos de Texas (TSSEC). Noah interpretó una pieza solista de 8 minutos en marimba para los jueces, titulada ‘A Cricket Sang and Set the Sun’ de Blake Tyson.

Al hablar de la experiencia dice que estaba muy nervioso, pero como buen intérprete, respiró profundamente y se dejó llevar por la música. Noah recibió una puntuación perfecta de 1 por su actuación, la máxima calificación que puede obtener un estudiante, pero sus elogios no se quedaron ahí.

Noah recuerda haber asistido al campamento de verano de la banda de tambores en julio y haber sido llamado a la oficina de su director, Nathaniel Ewing, para una importante conversación

“Estaba preocupado”, dice entre risas. “No tenía ni idea de lo que quería conversar conmigo”.

Al entrar en la oficina de Ewing, empezó a leer un memorándum de la Liga Interescolar Universitaria (UIL) en el que se decía que Valdez había sido seleccionada como Intérprete Sobresaliente por su actuación en el TSSEC, un honor que sólo obtienen entre el 2 y el 3% de los estudiantes que compiten en todo el estado.

“Estaba bastante sorprendido, pero orgulloso de mí mismo”, dice Noah. “También sabía que mis padres estarían orgullosos de mí”.

Asimismo, él afirma que no habría podido llegar tan lejos sin la orientación y el apoyo de su antiguo director de percusión, Dan Gelber. Gelber fue maestro durante más de 30 años en la Escuela Preparatoria Nimitz y causó un gran impacto positivo en muchos estudiantes, como Noah Valdez.

“Mi instructor de clases particulares, Averrit Rusty, también fue fundamental para mi éxito”, añade. “Le agradezco que me ayudara a perfeccionar mi interpretación como solista”.

Aunque Valdez dice que su especialidad es la marimba, también toca el bajo y la caja en la banda y planea continuar su viaje musical en la universidad. Actualmente tiene su mira puesta en la Universidad del Norte de Texas, la Universidad de Texas en Austin, la Universidad Metodista del Sur y la Universidad Cristiana de Texas.

“Pienso ser ingeniero medioambiental”, dice Valdez. “Pero nunca dejaré de hacer música”.